El área de pintura de los talleres de reparación de automóviles es un espacio en el que los profesionales que allí desempeñan su trabajo se pueden encontrar con numerosos obstáculos que ralentizan los procesos de reparación. Y es que uno de sus mayores enemigos son los conocidos ‘cuellos de botella’, más habituales de lo deseable en muchos talleres. Sin embargo, este área no tiene por qué ser sinónimo de atascos en el taller de reparación de chapa y pintura ya que es posible que contribuya decisivamente a reducir el tiempo de estancia de vehículos en reparación en el taller.
Y es que un aspecto clave para los talleres de carrocería actuales es controlar su productividad y eficiencia. Si bien no hay una única ‘medicina’ para ser más eficientes y productivos, existen algunos elementos básicos que nos pueden ayudar.
Un truco que ponen en práctica algunos talleres es rotar al equipo (cuando es posible) entre tareas de pintado y preparación de los vehículos para reducir el desgaste en el trabajo. Sin embargo, la rotación de equipos es un truco casi más anecdótico que otra cosa a la hora de mejorar el resultado del taller de chapa y pintura. Así, contar con las herramientas, materiales y equipamientos adecuados es crítico para el buen desempeño diario… pero no lo es menos cómo el equipo emplea su tiempo.