Hoy vamos a tratar de adelantarnos un poco al futuro. El futuro que marca el creciente uso del aluminio en los automóviles... Automóviles que tendrán que pasar por el taller.
El aluminio -aún minoritario- está cada vez más
presente en los nuevos modelos que salen de fábrica. Y no solo por las ventajas que aporta
en cuanto a reducción de peso en la carrocería, y por lo tanto de
consumo de combustible y emisiones. También por su grado de
reciclabilidad. Pero la reparación de carrocerías de automóvil en
el taller también supone un reto.
Varias marcas ya confían en el
aluminio habitualmente, y no solo utilizándolo para la fabricación
de elementos estructurales en vehículos de gama alta; ya podemos
verlo en la carrocería de algunos modelos más comunes. Y es posible
que pronto -si no han llegado ya- aparezcan en un número
creciente en el taller. ¿Estás preparado para ello?
Frente al acero, las características
específicas del aluminio hacen que la manera de trabajar este
material cambie. Serán necesarias técnicas y métodos de reparación
avanzados, lo que significa disponer de la formación y equipos
adecuados. Pero además del capital técnico y humano, es necesario
que el taller disponga de un espacio adecuado para trabajar el
aluminio: una sala limpia.
¿Por qué una sala limpia para el aluminio?
Entendemos por sala limpia un espacio
aislado de tu taller en el que se realizarán las operaciones con el
aluminio. Un área completamente separada del resto de zonas de
trabajo en la que se realizarán todos los trabajos de soldado,
lijado y pulido sobre estos componentes y estructuras.
¿Por qué es necesario disponer de una
sala limpia? Porque el resto de metales, como el acero,
contienen elementos que contaminan el aluminio. El óxido de hierro en
suspensión derivado del lijado de otros componentes puede favorecer
la corrosión y producir fallos de adherencia de la pintura y otros
defectos. ¿Resultado? Un error que supone la sustitución de la
pieza, y un coste para el ya de por sí estrecho margen del taller.
Además, la combinación del aluminio
con determinados agentes presentes en la carrocería de algunos
vehículos -como el magnesio- podría producir reacciones químicas
peligrosas.
Crear tu habitación limpia
A la hora de crear este espacio aislado
de trabajo, el taller puede optar por instalar una estructura de
cortina -desde el techo hasta el suelo- que impida el flujo de
agentes contaminantes de un espacio a otro. Fabricadas en plástico y
materiales ignífugos, también protegen de la soldadura.
La segunda
opción, disponer de un espacio o habitación separada. En cualquier
caso, deberá de disponer de sistemas de ventilación adecuados,
utillaje y carros específicos para el trabajo con aluminio.
Pero además de tener en cuenta el
correcto aislamiento de la zona limpia, será necesario planificar
adecuadamente su ubicación para evitar cuellos de botella en el
proceso de reparación que afecten a la eficiencia del taller. Una
buena idea, ubicarla cerca del área de preparación de pintura, la
más limpia del taller, para evitar que los vehículos que salen de
la misma se vean contaminados. De este modo, una vez abandonan el
área limpia, puede comenzar la imprimación y posterior pintado.
Tu herramienta de gestión de taller te dirá si es rentable
Ahora bien, antes de acometer la
creación de un área limpia para reparación de aluminio, es
necesario disponer de información. Es una inversión cara que hace
imprescindible que el taller cuente con datos suficientes de cara al cálculo de la amortización del gasto que conllevará.
¿Cuántos
trabajos de aluminio hará el taller a la semana? ¿Cuántos ingresos
supondrán? Son factores clave a la hora de diseñar el tamaño y
configuración de la sala y el personal y material a asignar. ¿Es
rentable, en este momento, acometer esta inversión? ¿Puedo
permitirme no hacerlo? Son preguntas que algún día te podrás plantear.
La decisión será mucho más fácil -y
acertada- de tomar si cuentas con un potente sistema de gestión de taller como el que ofrece Connection Soft Service.
Se trata de una inversión costosa, a
tener en cuenta en función de cómo evolucione el mercado, pero que
quizás en un futuro te permitirá no tener que renunciar a una
pérdida de volumen e ingresos. El tiempo nos lo dirá.
¿Tienes las herramientas necesarias para saber cómo funciona tu taller? ¿Para planificar su futuro? ¿Conoces la productividad y rentabilidad de cada área? ¿A qué esperas para descubrir el potencial de las herramientas de CSS?
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