En este contexto, un informe de la consultora McKinsey (‘Beyond coronavirus: The road ahead for the automotive aftermarket’ —Más allá del coronavirus, el futuro que le espera al aftermarket, en español—) destaca que la crisis del coronavirus introducirá varios factores relevantes para la posventa que estuvieron ausentes en la crisis de 2007 ¿Cuáles son esos factores?
McKinsey señala cinco: una reducción drástica de los kilómetros recorridos por vehículo, menos colisiones, menor actividad de los talleres, aumento significativo en los canales digitales y volúmenes de comercio electrónico, y un menor uso del transporte público.
Además de estos, otros factores, también nuevos frente a crisis precedentes, tendrán, sin embargo, un efecto positivo en las ventas del sector. Asimismo, elementos como los paquetes de estímulo a la compra de vehículos o la caída de los precios de los automóviles usados podrían tener una influencia positiva y estabilizadora, a juicio de la consultora.
Elementos clave
Pero, con mucho, el mayor impacto proviene de esos cinco factores, que en conjunto ya han tenido un impacto severo y sin precedentes en la oferta y la demanda.
Menos colisiones
Las cifras de tráfico, como apunta el estudio, muestran una disminución dramática de los viajes privados y de negocios. En España, donde el estado de alarma decretado el 14 de marzo desplomó el tráfico en vehículo privado, según la DGT, los movimientos de largo recorrido bajaron al principio del confinamiento un 60%, pasando a un -70% entre el 30 de marzo y el 12 de abril. Mientras, durante los fines de semana, la caída alcanzó el 90%. De hecho, hasta finales de mayo, hubo 27 días sin víctimas mortales en las carreteras.
También se produjo un cambio en el tipo de accidente: las salidas de vía pasaron de representar el 31% de los siniestros al 65%, y los choques frontales bajaron del 20% al 2%, dato que confirma el aumento de la siniestralidad en autovías y autopistas, frente a la caída en las carreteras secundarias.
Si bien esto es una excelente noticia, ya que menos accidentes suponen menos víctimas, para el mercado de posventa, representa menos trabajos de reparación por siniestros de tráfico.
Disminución del negocio
Por otro lado, muchos conductores han retrasado (y siguen haciéndolo) las ITV (apoyados en la moratoria concedida por el Gobierno) o las reparaciones no urgentes evitables. Estos cambios están reduciendo las visitas a los talleres, a pesar del ‘empujón’ del verano y las revisiones posconfinamiento y prevacaciones.
Menor uso del transporte público
Por el contrario, muchas personas realizan menos viajes en transporte público y servicios de movilidad compartida para reducir el contacto social, recurriendo al vehículo privado. De hecho, en los meses de julio y agosto se produjo un incremento significativo de la venta de VO de más de 20 años, muy asequibles y que permiten ese distanciamiento. Este mayor uso de los vehículos personales puede estimular la demanda de servicios de posventa.
2020… y 2021
Con tanta incertidumbre, el McKinsey Global Institute creó para el informe 9 escenarios que ilustran cómo podría evolucionar la economía mundial. Según la consultora, en lugar de una recuperación en forma de 'V', se apuesta por una recuperación más lenta y por etapas. Así, al hacer sus proyecciones para el mercado de posventa, la consultora se centró en dos escenarios: A1 y A3.
En el escenario A3, optimista (virus contenido y lenta recuperación), los ingresos del mercado de posventa de turismos disminuirían en 2020 en Europa entre el 5 y 7%. Mientras, en el escenario A1, más pesimista (recurrencia del virus y crecimiento lento a largo plazo) con los viajes privados y de negocios en niveles bajos durante más tiempo, los ingresos en 2020 serían entre un 15 y un 17% más bajos de los previstos.
Cambio estructural
Pero más allá de los niveles de demanda, la consultora asegura que la estructura fundamental de la posventa probablemente se transformará a corto y medio plazo. Por un lado, McKinsey señala que la posventa independiente podría sufrir hacia 2025 la drástica reducción de las ventas de vehículos nuevos que vivimos hoy, y que supondrá una menor demanda de reparaciones.
Por otro lado, habría cambios en la cadena de suministro (apuesta por localizaciones más cercanas), “asegurando un mejor nivel de servicio”; un aumento de las compras online en el sector; un mayor uso del vehículo privado y, por tanto, mayor kilometraje; así como un incremento de la automatización de los procesos en los centros de distribución y almacenes.
McKinsey ve probable que Estados Unidos y Europa tarden "varios años" en volver a los niveles de 2019: "Para sobrevivir y emerger con más fuerza, los actores del mercado de posventa deben adaptarse a la siguiente normalidad con cambios drásticos, también estructurales. La mayoría los deberá tomar cada empresa en función de su situación y necesidades".
El informe concluye con esta reflexión: “Contener el coronavirus no elevará la economía de inmediato, ni el fin de las cuarentenas y las restricciones de viajes devolverá automáticamente el kilometraje a los vehículos y la demanda del mercado a sus niveles anteriores. Las empresas que reconocen que el camino hacia la recuperación requerirá un enfoque muy diferente al de las crisis anteriores, no solo sobrevivirán sino que también prosperarán, especialmente si comienzan ahora su planificación a largo plazo”.
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