El sector de la automoción ha sido uno de los que más ha acusado las dos crisis seguidas a las que se ha tenido que enfrentar la sociedad (y la economía) en los últimos tres años. Y es que tras el estallido de la pandemia, y las obligadas restricciones a la movilidad, con la mejora de la situación sanitaria apenas hubo tiempo para recuperarse con un nuevo 'brote' esta vez debido a la crisis energética y de suministros, agravada por la invasión rusa de Ucrania y el conflicto bélico desatado. En este escenario ¿cuándo recuperarán —si es que lo hacen— su actividad 'normal' los talleres? ¿Cuáles se verán más afectados, los de mecánica o los de carrocería?
Después de un mal 2020 para el sector y un más positivo 2021, este 2022 despertaba grandes expectativas, como ya hemos comentado en algún otro post del Blog de CSS. Sin embargo, las múltiples amenazas y desafíos que se han cernido sobre la economía global han obligado a bajar (y mucho) esas expectativas.
Todo ello, sumado al cambio de hábitos (muchos de ellos para quedarse) no hace si no sembrar dudas sobre cómo saldrá parado el sector de la reparación, en especial el de la carrocería.
Estas dudas no son sólo 'propiedad' del mercado español, sino que afecta a todos los mercados. De hecho, este tema fue protagonista en la pasada edición del SEMA Show de Las Vegas, la feria por excelencia de la posventa de automoción en Estados Unidos, celebrada del 1 al 5 de noviembre.
Allí, un experto planteó la hipótesis de que, aunque la recuperación del tráfico rodado esté volviendo a los niveles previos a la pandemia, eso no significa que el mercado de la reparación de carrocería recupere la cifra de negocio y el número de intervenciones que tenía en 2019, es decir, que no llegue a recuperar nunca el nivel de su actividad previo a la pandemia, tal y como recoge en su web dsi.mobility.
Motivos del estancamiento de la demanda
¿Y dónde estarían los motivos? En buena medida, explicaba Bart Mazurek, vicepresidente de consultoría de CCC Intelligent Solutions, el estancamiento de la demanda de arreglos de carrocería tiene que ver con el hecho de que los vehículos se están volviendo cada vez más inteligentes, incorporando, además, sistemas ADAS de forma generalizada. En definitiva, las nuevas tecnologías que montan los vehículos reducen el riesgo de sufrir un accidente. Según los datos aportados por Mazurek buena parte de la recuperación del tráfico rodado, de los índices de movilidad, está relacionada con el transporte de mercancías y no tanto con el de personas en vehículos particulares.
Si, por un lado, operadores como Amazon han triplicado el tamaño de su flota de entrega en los últimos tres años, por otro, las grandes ciudades de Estados Unidos han reducido sensiblemente la movilidad en vehículos particulares, reduciendo los momentos de congestión y atascos entre el 50 y el 65%, situaciones en las que tradicionalmente se producían muchos de las colisiones que dinamizaban el mercado de la carrocería.
En este contexto, y a la espera de conocer en qué medida el mayor valor de las reparaciones de carrocería de los vehículos modernos dotados de sensores y dispositivos costosos compensa la reducción del número de intervenciones, o qué cifra de negocio aporta la recalibración de los sistemas ADAS, se impone la eficiencia. Cada vez más la gestión óptima de los procesos, obteniendo la máxima rentabilidad en cada intervención, va a ser la clave para la sostenibilidad de los talleres de chapa y pintura.
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