Un coche pasa a lo largo de sus 21 años de vida un mínimo de 35 veces por el taller (1,66 veces al año). Y, a pesar de lo que muchos puedan pensar, el cliente del taller le da mucho más valor a su experiencia con los empleados que a factores como el precio…
Instalar otra cabina de pintura o mejorar los procesos son las dos principales opciones que generalmente tienen a su alcance los negocios de reparación de chapa y pintura para hacer frente a la posible congestión (o cuello de botella) que se pueda producir en la zona de aplicación. En este sentido, un análisis de los orígenes del problema nos conducirá a la solución ideal.
El taller, como ya vimos en un post anterior, tiene un segmento de cliente al que debería prestar más atención: las mujeres. Con más de 8 millones de conductoras, representando el 26% de las aseguradas como conductoras habituales, el 47% de ellas sólo lleva el coche al taller cuando ha sufrido una avería o accidente... ¿Esto qué quiere decir? ¿Conducen mejor o peor que los hombres?
Los talleres españoles, como ya contamos en el blog de CSS, ingresaron
en 2019 más de 2.100 millones de euros, entre reparaciones de daños
graves y leves detectados en las inspecciones técnicas en España en el conjunto de elementos de
un coche. De ellos, el 60,8% (1.311 millones)
procedían de la subsanación de defectos graves y otros 846 millones (el 39,2%
restante), por corregir defectos leves, según un estudio de Solera ¿Y qué parte correspondieron a los desperfectos en acondicionamiento exterior, carrocería y chasis? Según el estudio, sólo por subsanar daños graves los talleres facturaron más de 80 millones de €. ¿Merece la pena poner el foco en la ITV?
